Testimonio final de Juan el Bautista
22 Después de esto vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estaba allí con ellos, y bautizaba. 23 Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua[l]; y muchos venían y eran bautizados. 24 Porque Juan todavía no había sido metido en la cárcel. 25 Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. 26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a Él. 27 Respondió Juan y dijo: Un hombre no puede recibir nada si no le es dado del cielo. 28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: «Yo no soy el Cristo[m], sino que he sido enviado delante de Él». 29 El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado. 30 Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya.
31 El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede[n] de la tierra y habla de la tierra. El que procede del cielo está sobre todos. 32 Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe su testimonio. 33 El que ha recibido su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz. 34 Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida[o]. 35 El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano. 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece[p] al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.